Hay una luz, que ha sido extinguida por el viento.
Georg Trakl
Hay una lámpara, que
se pasea sin los hombres por la oscuridad
Hay una calavera, que se hincha en el
corazón de un árbol
Knut Hamsun
El cardo que viste a la montaña, crece en tu honor.
En las escamas donde yacen los tigres
yo veo al mundo lanzarles
pétalos de un espejo roto a las
palomas
con tanta crueldad, tanta arrogancia,
tanta falta de ética
te lo digo a ti amigo Hamsun
frente al cielo y la montaña que son
tu lápida
la pradera de casas
que son tus flores
prenden hoy sus lámparas para ver
entre el fuego
tu rostro esculpido por la arena
por la tijera de sombras que aún vive
donde sueñas tú
ciervo de cenizas
que corres entre las bocas de los
soldados
a punto de ser engullido por las
palomas.
¡No te detengas que no estás loco!
No pienses que estás ciego
si es un cadáver que ves crecer en el
árbol
el rostro de un genio que musita en un
libro
Narciso
escapa de la ciudad para buscar el espejo
Narciso
con sus brazos construidos por el arte
encuentra
el estanque vacío de agua
pero
lleno de carne para las bestias
como
una vasija llena de nardos
para
un cementerio de negros
como
una biblioteca llena de poemas
para
un montón de comunistas
¿Dónde estás amigo Hamsun?
¿Dónde podrán buscarte los hijos del
mundo,
mi sobrina, mis amantes,
los jóvenes que no Odian?
-¡Oιδά! ¡Oιδά!-
Nadie escucha farfullar a la lámpara
en el árbol de la demencia
Retrato de Knut Hamsun en 1903, obra del pintor noruego Hans Heyerdahl