Inspirado en El Faro, La Recova y todas sus otras mentiras
El mar parece un grueso filo de carnicero
que rebana el paisaje antes de conocer la playa.
Allí se pueden ver huesos y mariposas,
tetas de yodo, medusas de piel, algas oscuras;
todo desmenuzado por la mano invisible
del sol
entregando la crudeza del Pacífico.
Hiede así la costa como si fuera una llaga
como el piso de una carnicería
cuando no se atiende más público.
Gueón, nunca vengas a Serena
sólo verás mentiras.